Bookmark and Share

Riesgos naturales (su transmisión pública)

 El tema de los riesgos naturales es una de las cuestiones técnicas o científicas que mayor presencia tienen en los medios de comunicación. Especialmente cuando se habla de desastres naturales, como puedan ser terremotos o inundaciones .Sin embargo ,no siempre las cuestiones técnicas o científicas de la cuestión llegan a la población.

Fundamentalmente lo que llega suele ser en términos de “suceso”, es decir el número de muertos o los daños materiales creados. Esto es tanto así por la propia inercia informativa (las noticias son extraordinariamentre perecederas, salen un dia y al otro se olvidan, y es raro que los periodistas tengan desde un primer momento todos los datos, con lo cual lo que suele reflejarse en medios informativos no profundiza demasiado más allá de balances de víctimas y otros daños). Otras veces sin embargo algunos periodistas, con mejor información o acceso a mejores fuentes, son capaces de dar desde un primer momento otro enfoque que trasciende al del mero “suceso” para ir a las causas.

Sin embargo, tampoco puede atribuirse todo a la frivolidad, deficiente información o esfuerzo para conseguirla de los periodistas. Otras veces son otros motivos,como la escasa preocupación de ciertos expertos por hacer llegar a la población sus datos. Algunos expertos recelan de los medios de comunicación y creen terminada su labor con sus publicaciones científicas dirigidas a sectores minoritarios (donde estas ideas pueden exponerse con todos los matices propios de las argumentaciones rigurosas). Pero esto abre el interrogante de si los conocimientos han de servir a todos o tan sólo decorar las estanterias de la literatura científica. Otras veces esta falta de entrada en escena de los técnicos no estaria motivada por un temor ante la falta de rigor de los medios, sino por las consecuencias que puede tener para estos técnicos.

Del seguimiento de las noticias referentes al tema de los riegos naturales, podríamos citar casos de científicos que han sufrido algún tipo de represalia por exponer sus datos. Y es que no vivimos en un mundo donde las verdades rigurosas puedan exponerse libremente sin que esto tenga consecuencias económicas, políticas, sociales, judiciales, etc. Esto también puede explicar por que algunos periodistas prefieren no profundizar y verter los datos existentes sobre algunas cuestiones. A pesar de todo todavía hay algunos técnicos y algunos periodistas que se esfuerzan por que se conozcan ciertos datos, a pesar de que estos datos no agraden a algunos sectores económicos, políticos, administrativos, etc.

Aunque este tipo de consideraciones parezcan estar fuera de lo que se consideran argumentaciones científicas no es así. La Ciencia no está aislada del mundo en el que vive, con todo su juego de intereses. Y esclarecer los intereses que interaccionan con la Ciencia, pudiendo desvirtuarla o silenciarla, es hacer Ciencia. Incluso podría poner en tela de juicio sin son realmente “científicos” muchos de los que se presentan como tales, y que tan sólo están sirviendo a la política o a otros intereses.

Podría hacerse una tesis sobre la adulteración de ciertos informes científicos, sobre la capacidad de influencia política o empresarial en ciertos investigadores, sobre las dificultades que hallan las tesis científicas que no obedecen a ciertos intereses, etc.Y todo ello sería algo de gran interes científico.

En el tema de los riesgos naturales no basta con saber lo que es una zona de dominio público hidráulico, un periodo de retorno, un cono de deyección de un barranco (como el de Biescas, por ejemplo), sino que hay que conocer también que asuntos como ciertos corporativismos, ciertos intereses políticos e incluso la resistencia natural a asumir responsabilidades judiciales por parte de personas que autorizaron algunas actuaciones sobre el territorio pueden torcer la Ciencia e instaurar una pseudociencia que les ampare. E incluso un juez,según su propia lucidez o torpeza, sabiduria o ignorancia, valentía ,cobardia o sumisión o no a determinados intereses, puede determinar lo que le parece más o menos científico. Un juez ,sea o no ducho en según que temas, decide que argumento científico es válido y cual no. Es más, un juez (veáse por ejemplo el caso Biescas) puede por su cuenta aventurar sus particulares teorias pseudocientíficas sin que estas tengan adecuado apoyo en los informes periciales. Al final la Ciencia acaba siendo una víctima más de esta riada de intereses creados.

Es por ello que en las universidades deberia incluirse como una asignatura más esta “Ecologia” de la Ciencia. Esto es, el mundo de interacciones que afectan a la Ciencia, sin excluir el fenómeno de la corrupción, la financiación de la Ciencia, las servidumbres políticas y/o económicas de centros o instituciones científicas,etc. De esa forma podría comprenderse como muchas veces la Ciencia está construida en "zona de riesgo" o presa de ciertas posibles contaminaciones. Y lo dicho para la Ciencia reza del mismo modo para los medios de comunicación, que han de tener el mismo objetivo que los científicos, a saber: la transmisión de la verdad objetiva. Los medios de comunicación tampoco están al margen de parecidas presiones e influencias.

Todo esto es especialmente importante en el tema de riesgos naturales como las inundaciones. Estos fenómenos no son impredecibles. Hay zonas de mayor o menor riesgo que pueden conocerse perfectamente. Sin embargo , por desconocimiento o temeridad, se ha venido autorizando la construcción de numerosas infraestructuras dentro de las zonas inundables, creando riesgos para las vidas y bienes, como sucedió en Biescas (Huesca), o en Badajoz. Otras veces se intenta llevar adelante la construcción de infraestructuras como el embalse de Santaliestra , en el valle del rio Esera (Huesca)  donde existen serias advertencias sobre posibles deslizamientos de las laderas, al igual que sucede en Itoiz (Navarra). O bien se realizan obras alegando la lucha contra las inundaciones, como ciertas canalizaciones de ríos o ciertos embalses (con frecuencia con escaso fundamento ,como el proyecto del embalse burgalés de Castrovido).

El periodista que tiene el papel de comunicar la verdad en estas cuestiones se convierte en espectador de una batalla de argumentaciones. De un lado una Administración que niega que se conocieran riesgos y de otro técnicos u Ong´s que apelan a lo contrario.Y detrás de todo ello enormes intereses económicos que van desde las grandes empresas constructoras de embalses o hidroeléctricas, a los intereses inmobiliarios de los que cosntruyen viviendas en dominio público.Además se suman los intereses personales de las víctimas que piden justicia y de los responsables que tratan de quedar al margen de acciones judiciales. Ante todo esto y otros factores, ¿debe el periodista ampararse en una supuesta objetividad que le haga que le den igual unas versiones que otras?, ¿debe apelar a que él no es un técnico para no saber cual es la verdad o cual no?. El tema es complejo.

Obviamente es más cómodo para el informador optar por una aparente “asepsia” (que entre otras cosas le dejará más a salvo de posibles problemas). ¿Pero es ello compatible con su OBLIGACION de transmitir la verdad?. El periodista debe saber distinguir entre información y propaganda, proceda de donde proceda. Incluso debe saber buscar más información de la que quieran suministrarle y profundizar todo lo que pueda en los temas. Es obvio que nunca sabrá tanto como algunos expertos en la materia, pero debe esforzarse en ello si es que quiere que su información sea veraz.

La definición del periodista como “aquel que habla de todo sin saber de nada” tiene que ser superada si es que el periodista no quiere ser utilizado. Porque el periodista, como el científico, cumple o ha de cumplir una labor social.

Si un periodista enmascara por cobardia, comodidad, ignorancia deliberada o no, etc.- lo que sucede con los riesgos naturales, puede estar contribuyendo a que familias de víctimas queden sin indemnizaciones, a que corruptos o negligentes que han causado muertes queden impunes o a que sigan dándose muertes por no haberse puesto soluciones al enmascarar las causas de los sucesos. Al final es inevitable que el mero hecho de tratar de servir a la verdad sea todo un desafio para el periodista, que sabe que por ello se está buscando enemigos, que sabe que en altas instancias de la empresa para la que trabaja se están recibiendo cartas y llamadas de importantes responsables políticos o empresariales,etc.

Es dificil no tomar "partido" cuando se profundiza mucho en algo y se ve cuales son las realidades y cuales las falsedades que se tratan de presentar como tales para que queden a salvo ciertos intereses. Pero lo cierto es que algunos informadores optan por lo más cómodo. Muchos no se dan ni cuenta, porque no están especializados en estos temas, otros si.

Todo lo dicho es algo vital en el tema que nos ocupa.Temas como la riada de Badajoz, con la salvedad de unos pocos medios de comunicación que automáticamente sacaron a la luz pública que las viviendas afectadas estaban construidas en una zona de riesgo, pasaron ante todo como un luctuoso suceso más sin apenar abordar otras cuestiones. Sin embargo la labor de algunas Ong´s y expertos que supieron llegar a los medios y de algunos periodistas que se hicieron eco de esta problemática- hicieron que situaciones como esta se corrigieran en alguna medida y la presión social derivada de esto tuvo alguna relación con que se pusiera en marcha una comisión en el Senado que abordó el tema (aunque finalmente ,al cabo del tiempo, esa comisión fracasó).

La transmisión pública generalista de la información es tan importante (o más de cara a presionar para solucionar deficiencias ) que la transmisión en ámbitos especializados. Aunque obviamente los periodistas poco podrán hacer sin quien les suministrara lo datos. Del mismo modo los periodistas pueden ser un contrapeso que apoye a funcionarios ,técnicos o científicos frente a poderes que traten de silenciar sus argumentos o investigaciones.


 

Comparte este artículo a través de tus redes sociales


Bookmark and Share