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Un estudio científico refuerza la asociación entre unas sustancias detectadas en aguas del grifo y el cáncer de vejiga (Env. Health Perspectives, 2010)

La revista científica Perspectivas de Salud Ambiental (Environmental Health Perspectives) ha publicado  un estudio que vuelve a aportar datos sobre los riesgos que para la salud pueden representar sustancias que aparecen muy frecuentemente como contaminantes del agua del grifo. En concreto compuestos como, por ejemplo, los llamados trihalometanos, que pueden formarse como subproductos derivados de reacciones que tienen lugar después de la cloración de las aguas.

En este caso el estudio, realizado en España, muestra nuevos datos que refuerzan la asociación de estos compuestos presentes en el agua de abastecimiento y un mayor riesgo de cáncer de vejiga.

El estudio es: Polymorphisms in GSTT1, GSTZ1, and CYP2E1, Disinfection By-products, and Risk of Bladder Cancer in Spain, y muestra la mayor suceptibilidad de algunas personas que tienen unas concretas tipologias de unos genes a tener mayor riesgo de cáncer de  vejiga ante una exposición a los trihalometanos.

Acceso al estudio completo: Cantor KP, Villanueva CM, Silverman DT, Figueroa JD, Real FX, Garcia-Closas M, et al. 2010. Polymorphisms in GSTT1, GSTZ1, and CYP2E1, Disinfection By-products, and Risk of Bladder Cancer in Spain. Environ Health Perspect 118:1545-1550. doi:10.1289/ehp.1002206

El estudio analiza centenares de pacientes de 18 hospitales españoles, de Cataluña, Asturias, Alicante y Tenerife, evaluando la exposición de estas personas a estos contaminantes del agua potable, y filtrando todos los factores que podrían inducir a una confusión en  los datos, tales como el tabaco.

Si uno consulta bases científicas de datos (como la de The Collaborative on Health and the Environment) ve que los trihalometanos han sido asociados con buena carga de evidencia científica, no solo al cáncer de vejiga, sino a fetotoxicidad (abortos espontáneos, por ejemplo), bajo peso al nacer, retraso en el desarrollo intrauterino, desórdenes de la menstruación ( sangrado anormal, ciclos más cortos o más largos, o irregulares, periodos dolorosos), defectos del tubo neural/malformaciones del sistema nervioso central o cáncer de estómago. Según ésas mismas bases de datos, hay evidencia, pero algo más limitada, de asociaciones con malformaciones cardiacas congénicas o con labio leporino.

El trabajo señala que el cáncer de vejiga ha sido ligado por diversas investigaciones a la exposición a largo plazo a subproductos que se generan a consecuencia de procesos de desinfección del agua potable. Pero que era necesario estudiar también el papel que podía tener la variabilidad genética de los indivíduos concretos, para conocer la diferente susceptibilidad de unos u otros ante ésa exposición a los contaminantes citados. Se vio que las asociaciones entre los trihalometanos y el cáncer de vejiga eran más fuertes entre las personas que tenían una serie de polimorfismos genéticos y se analizaron una serie de posibles mecanismos implicados 

En el estudio han participado científicos de la Division of Cancer Epidemiology and Genetics, National Cancer Institute, Bethesda, Maryland (USA), del KP Cantor Environmental LLC, Silver Spring, Maryland (USA), del Centro para la Investigación en Epidemiología Ambiental , Barcelona (España),  del Institut Municipal d’Investigacio Medica–Hospital del Mar, Barcelona (España), del CIBER Epidemiologia y Salud Publica, Barcelona (España),del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, Madrid (España), de la Universidad Pompeu Fabra, Barcelona (España), de la Universidad de Oviedo, Oviedo (España), de la Unidad de Investigación, Hospital Universitario de Canarias, La Laguna (España), del Consorci Hospitalari Parc Tauli, Sabadell (España), del  Hospital Universitario Ramón y Cajal, Madrid (España) y de la Escuela Nacional de Salud Pública de Atenas (Grecia).

La pregunta que nos hacemos en el Fodesam es si la opinión pública está debidamente informada acerca de este tipo de cuestiones. Mucho nos tememos que la preocupación de muchas personas no pase de la contaminación biológica que eventualmente pudieran tener las aguas del grifo, pero pocas veces la contaminación química, que pudiera estar parcialmente asociada en algún caso, como vemos, a los propios procesos con los que se lucha contra la biológica. Una vez más, la higiene química vuelve a brillar por su ausencia. No queremos entrar en más valoraciones, siempre complejas, acerca de las implicaciones de lo que dicen los estudios científicos que hablan de esta cuestión. Tampoco acerca de hasta que grado deben alarmar o no estas cosas. Lo que más alarmante nos parece es que en general la población no sepa de ellas, ya que nos parece que al menos si tienen entidad para que las personas las conozcan y evalúen , con los datos científicos a la vista, si hay que hacer o no algo, bien sea a nivel público, bien sea a nivel privado, para conjurar una serie de posibles problemas. 

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